La Gran Apostasía (alrededor de los años 100–1820 d. J.C.)
Cuando Jesucristo vino en la carne, cumplió la ley de Moisésy estableció Su Iglesia (véase 3 Nefi 15:2–9; 18:5). Después de Su muerte y de Su resurrección, el Señor siguió dirigiendo Su Iglesia por medio de los apóstoles (véase Mateo 10:1–4; Efesios 2:20). Los apóstoles poseían las llaves del sacerdocio necesarias para continuar la obra del Señor. (Véase La historia de la Iglesia en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, págs. 1–3.)
La persecución en contra de los discípulos de Cristo persistió después de Su muerte y de Su resurrección. Nerón, el emperador romano, que gobernó desde el año 54 al 68 d. J.C., intensificó esa persecución, haciendo que la obra del Señor fuese a paso más lento. Surgieron maestros falsos y muchos miembros de la Iglesia perdieron la fe. Finalmente los apóstoles fueron asesinados y el sacerdocio de la Iglesia de Jesucristo fue quitado de la tierra, lo que trajo como resultado la Gran Apostasía. (Véase 2 Tesalonicenses 2:1–3; 1 Timoteo 4:1–3; La historia de la Iglesia en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, págs. 3–6.)
Algunas de las enseñanzas del Evangelio sobrevivieron en forma incompleta a través de la Edad Media y del Renacimiento. Sin la debida autoridad del sacerdocio, los líderes religiosos y la gente en general sólo podían tratar de actuar de la mejor manera posible mediante la Luz de Cristo y esos trozos de verdad como guía. Quienes ponían en práctica creencias diferentes de las religiones aceptadas por el gobierno de la época, eran muchas veces perseguidos. La verdadera libertad religiosa no existía. (Véase La historia de la Iglesia en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, págs. 6–9.)
Después del viaje de Colón a las Américas, muchos de los europeos que emigraron a ese continente fueron en busca de la libertad religiosa. El 15 de diciembre de 1791, se llevaron a cabo las primeras enmiendas a la Constitución de los Estados Unidos. El primer artículo de esa ley proclamaba el derecho de las personas de practicar la religión de acuerdo con sus creencias y deseos. Aun cuando continuaron periodos de persecuciones religiosas, esa declaración de derechos proporcionó la base para la libertad religiosa, bajo la cual la Iglesia de Cristo pudo ser reestablecida. Sólo catorce años más tarde, el 23 de diciembre de 1805, en Sharon, Vermont, en el noroeste de los Estados Unidos, nació el profeta José Smith. (Véase D. y C. 101:77–80; José Smith—Historia 1:1–5; La historia de la Iglesia en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, págs. 9–29.)
Video "En busca de la verdad"; La historia de la búsqueda del joven Wilford Woodruff de la Iglesia verdadera, explica la apstasía y la necesidad de la restauración. Hace Hincapié en cuatro elementos esenciales de la Iglesia verdadera, los que se perdieron debido a la Gran Apostasía.
